Costa Alcalá, Escribir, General, Literatura juvenil

3 consejos para abordar la corrección de tu novela

Tienes tu novela escrita. Te has pasado meses (si no, años) escribiéndola, conoces a los personajes, sabes hacia dónde han ido las tramas, has disfrutado con los momentos de acción y llorado con los de drama y pasión y has puesto esa palabra tan ansiada tras la última escena: FIN.

Pero ¿es realmente el final?

Pues, lamentablemente, aquí vienen Geòrgia y Fer (vamos, Costa Alcalá) a decirte que no.

Porque lo que tienes es el primer borrador de tu novela, no tu novela en sí.

Ahora toca ese momento que, en la jerga editorial, se llama «editing». Vamos, la corrección de toda la vida.

Pero ¿cómo enfrentarse a ella? ¿Cómo hacer para que resulte efectiva, para que sirva de algo, para realmente mejorar vuestro manuscrito?

(quedaos con esta frase, volveremos a ella al final de la entrada)

Te damos 3 consejos. ¡Con gifs!

1. Deja que la novela repose

Sí, lo sabemos. A veces, los plazos editoriales no nos dejan reposarla porque, nada más terminarla, nos toca corregirla que hay que entregarla. Lo ideal, lo que dice todo el mundo, es que hay que dejar al menos seis meses sin tocar el manuscrito para volver a enfrentarte a él como si fuera la primera vez que lo leas pero, en nuestra experiencia, hemos visto que un mes es suficiente.

Pero un mes de verdad.

Un mes en el que te dedicas a otra cosa (el «dolce far niente» sería lo ideal), a leer otros géneros, a preparar otras novelas, a rascarte la barriga impidiendo que tu cabeza vuele hacia ese manuscrito que tienes terminado.

Si lo logras, ese mes es suficiente para que leas la novela con otros ojos.

2. Mete tijera

No te cortes (¿habéis visto? Es un chiste. Malo, pero un chiste). Lo que has escrito probablemente esté lleno de redundancias, repeticiones, sobreexplicaciones. Cuando escribimos tendemos a asumir que nuestro lector no va a comprendernos. Nos pasa a todo el mundo: lo subestimamos. Y, por eso, a veces nos quedan tochos infumables o páginas en las que sólo abordamos una sola idea.

Para esto, Geòrgia (que no tiene corazón) tiene una técnica infalible: «De cada frase sobra una palabra, de cada párrafo sobra una frase y, de cada página, sobra un párrafo». Con esta técnica, nosotros fuimos capaces de recortar 100 páginas de Ellos y nosotros, sin dolor, en 48 horas.

No te aseguramos que no vayas a llorar al eliminar esa frase que te ha quedado tan bonita, pero créenos cuando te decimos que, al final, tu novela va a quedar mucho más limpia.

3. Conviértete en lector

Deja de ser quien ha escrito tu novela o deja de ser quien va a revisártela. Lee de nuevo una vez que hayas recortado y conviértete en esa persona que va a comprártela. ¿Te gusta? ¿Se entiende? ¿Lo contarías de otra manera?

No se trata, aquí, de hacer cambios sustanciales de trama o de estructura sino de fijarte en esos detalles pequeñitos que puede que hayan quedado velados durante el recorte. No vuelvas a escribir parrafadas eternas porque, si no, el recorte no habrá servido de nada sino trata de buscar esa nueva organización de frases o esa palabra que es capaz de resumirlo todo.

Aquí, la clave es la concreción.

Una vez hecho esto, lo ideal es que vuelvas a dejar reposar la novela y vuelta a empezar el ciclo pero como los tiempos editoriales son los que son, será el momento de entregarla, que sean otros ojos (los de la editora) los que la lean y los que vuelvan a aconsejarte sobre cómo abordar tu manuscrito.

Si resulta que todavía no tienes casa para tu novela o decides autopublicarla, será el momento de dejar que tus lectores 0 (esa gente especial que has elegido para que lean tus novelas y las critiquen) te den su punto de vista.

Y, entonces, regresarás al punto 1 y habrá que volver a empezar.

Y como de volver a empezar se trata, regresemos al comienzo de la entrada, cuando os pusimos el siguiente párrafo:

Pero ¿cómo enfrentarse a ella? ¿Cómo hacer para que resulte efectiva, para que sirva de algo, para realmente mejorar vuestro manuscrito?

¿No te parece muy largo? ¿No te parece sobreexplicativo? ¿No crees que quedaría igual de comprensible y, si nos apuras, mucho más resultón si sólo hubiéramos escrito: «Pero ¿cómo enfrentarse a ella? ¿cómo hacer para que resulte efectiva, para que sirva de algo, para realmente mejorar vuestro manuscrito?

Mucho más claro, directo y a la yugular.

Pues de esto se trata.

Nosotros no vamos a engañarte: nos encanta este proceso porque es como cuando vas a una fiesta y te pones tus mejores galas: se trata de poner la novela bonita para que otros ojos la miren.

Eso sí, como somos nosotros y no podemos dejar de serlo, a pesar de todo, lloramos mucho en el proceso.

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