¿Sabéis que Heredero, el primer volumen de La Segunda Revolución, comenzó a fraguarse en un NaNoWriMo?
Concretamente, en el NaNoWrimo del año 2011. Por aquel entonces tanto Geòrgia como Fer íbamos cargadísimos de trabajo y pensamos (pobres de nosotros) que si nos dividíamos la carga (es decir: 25.000 palabras cada uno) la cosa sería más fácil.
Pero, en fin, Fer ya venía de ganar 4 NaNos (2005, 2007, 2008 y 2010) y Geòrgia lo había ganado en otras 3 ocasiones (2005, 2006 y 2010) así que pensábamos que la cosa estaría chupada, que ya lo habíamos hecho antes.

Por tanto, aquí está lo que aprendimos y los consejos que te damos:
1. No escribas a solas
Sí, es cierto, ya sabemos que escribir es algo solitario pero, precisamente, algo que te aporta el NaNoWriMo es la conciencia de saber que hay millones de autoras y autores por todo el mundo que van a estar haciendo lo mismo que tú.
Por tanto, búscate un grupo.
Nosotros, en su momento (que empezamos con el NaNoWriMo en el 2004), lo hacíamos a través de LiveJournal, donde habíamos creado una comunidad llamada NaNofrikis y de la que formábamos parte unos 9 o 10 locos que, a diario, publicábamos tal cual había quedado, al final del día, aquello que habíamos escrito.

Saber que alguien nos estaba leyendo al otro lado (aunque lo que hubiéramos escrito fuera una bazofia) animaba muchísimo ante las 1668 palabras diarias (como mínimo, ya sabes).
Hoy en día lo tienes mucho más fácil: busca a alguien por twitter, o por Instagram. Creaos vuestro propio grupo de whatsapp, compartid vuestros avances, vuestras lágrimas, vuestros golpes al teclado. El NaNoWriMo no va de escribir la mejor novela del mundo. Ni siquiera va de escribir las famosas 50.000 palabras en 30 días: el NaNoWriMo, tal y como lo describe Chris Batty (a quien adoramos por estas latitudes) es, literalmente:
A month of literary abandon
Chris Batty, fundador del NaNoWriMo
Así que abandónate y, sobre todo, pásatelo genial dedicándole un mes a vivir en ese mundo que has creado en tu cabeza.
2. Manda al carajo a tu editor interior
Tal y como ya e comentábamos en esta entrada, cuando escribes eres escritor, cuando editas eres editor, cuando lees eres lector… A veces, todos los roles se nos meten a la vez en la cabeza y, en muchas ocasiones, por esta razón, vienen los bloqueos y el terror a la página en blanco: porque tenemos a mil personas hablándonos en la cabeza a la vez.

Durante el NaNoWriMo, tienes que acallar todas esas voces y centrarte en conseguir palabras. No importa, repetimos, si esas palabras van a ser las mejores que escribas en tu vida porque, precisamente, de eso no va el NaNoWriMo.
(Es muy probable que más de lo mitad de lo que escribas durante el NaNoWrimo acabe en la papelera de reciclaje)
Escribe.
Sólo eso: escribe como si fuera lo último que vayas a hacer en la vida.
Y sabemos que la vida no entiende de tiempos y que compaginar este ritmo de escritura con todo lo que supone vivir puede llegar a ser un agobio.
Pero precisamente para eso está el NaNoWriMo: ¡Es sólo un mes!
3. No te pongas metas
Sí, parece incoherente con lo que realmente supone el NaNoWriMo, ¿verdad?
A fin de cuentas, se trata de escribir 50.000 palabras. Esa es la meta.
Pero ¿qué son 50.000 palabras?
En realidad son lo que tú quieras que sean. Aquí contra la única personas contra la que compites es contra ti mismo.
Así que nuestro último consejo, una vez más, es simplemente que escribas. No importa si lo ganas o no (no nos van a dar ningún premio por lograrlo). Nosotros hemos participado sin faltar a nuestra cita desde el año 2004 (y ya ha llovido) y, en realidad, fijaos, no llegamos a las 50.000 palabras más que en un puñado de ocasiones.
¿Importa eso?
NO.
¿Por qué?
Porque de lo que se trata es de que tengas ese empujón para comenzar (o continuar) tu novela. Siempre es mejor trabajar sobre un texto que ya existe sobre el papel (o en un documento de word o de pages o de scrivener, ya nos entiendes) que sobre algo que sólo está en tu cabeza.
Así que, ¿sólo logras hacer 10.000 palabras? ¿Sólo logras 30.000? ¿Que no llegas ni a las 5.000?
ENHORABUENA.
Porque ya tendrás esas palabras en tu haber y no te las va a quitar nadie. Ya estarás contando tu historia.
Además, no te asustes, pero es más que probable que la mayor parte de las palabras que escribas durante el NaNo acaben en la basura durante la revisión, así que no te estreses.

Por cierto, ¿queréis saber si aquel NaNoWriMo del 2011, Costa Alcalá logró su meta de 50.000 palabras con Heredero (que, por aquel entonces, se llamaba Broken Legends?) Pues aquí tenéis la prueba:

¿Sabéis cuántas palabras de aquello que escribimos en el 2011 quedan en la novela publicada?
NIN-GU-NA.
Exacto, no hay una sola palabra que decidiéramos conservar para el manuscrito final pero da igual porque, primero, la experiencia nos sirvió para entender lo que NECESITÁBAMOS CONTAR esa historia y, segundo, nadie nos quita las horas de disfrute que pasamos con ella.
¿Lo de rehacer la novela al completo?
Como dijo el gran sabio Ende, esa es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión.