Pues sí, ya tienes tu novela escrita y ha quedado de maravilla. Lo dices tú, lo dicen tus lectores cero, lo dices tú de nuevo tras la revisión de tus lectores cero y puede que (si has decidido optar por ello) también lo diga tu editor.
Tienes unos personajes magníficos y has optado incluir unas ilustraciones maravillosas.
Por tanto, en la línea de lo que os contamos en nuestra entrada anterior, para que tu novela llame la atención de tus lectores potenciales, es importante que sigas convirtiéndola en ese objeto de deseo, ese libro-objeto del que te hablábamos.
Puede que optes por publicación tradicional, en papel y con sus guardas y cubierta (de la que te hablaremos más adelante) o puede que hayas optado por publicarla en formato digital. Da igual, en cualquiera de los dos casos, la experiencia de lectura ha de ser inmersiva y lo que proporciones (recuerda: ilustraciones y personajes) ha de provocar un sentimiento de deseo irrefrenable de posesión en tus futuros lectores.

La maquetación, por tanto, no ha de pasarte desapercibida. No se trata de poner texto y texto y más texto sino que, por una parte, ha de tener un efecto estético. Que el primer vistazo sea un poco efecto Stendhal, que los lectores potenciales se enamoren de la forma para que, así, se vean más atraídos por el fondo y tengan ganas de leerlo.

Un buen título, filigranas, marcos para los primeros capítulos, fuentes capitulares, mayúsculas especiales… todo vale para generar ese efecto en tu lector.
Una cosa que se suele hacer antes de poner a la venta tu novela es compartir los primeros capítulos por redes sociales y en páginas web. Recuerda, por ejemplo, que Amazon da esa opción de visualización previa.
Por tanto, vas a querer que tu novela luzca lo mejor posible y eso sólo lo puede conseguir una buena maquetación para que esos lectores, de un sólo vistazo, quieran leerte.
Aquí tienes un ejemplo de la maquetación que ha hecho Nocturna Ediciones de nuestra última novela, El canto de las ruinas, que salió a la venta el pasado 18 de octubre.
Como ves, no han escatimado en recursos y, precisamente, de eso se trata. De un sólo vistazo no sólo le estás dando información al lector que puede leerse incluso desde lejos sino que estás siguiendo unos preceptos estéticos que, hoy en día, si quieres atraer a un público juvenil que comparte sus lecturas en redes sociales a través de fotografías y vídeos, les estás dando otro motivo para mostrar tu libro. Por tanto, estos detalles son fundamentales si no sólo quieres que te lean sino que, además, quieres dotar a la novela de visibilidad.
Nosotros, además, proponemos que vayas un paso más allá: no sólo se trata de darle a tu libro una maquetación que cumpla una función estética sino que, además, si es posible (y en entradas posteriores te contaremos cómo), esta maquetación especial debería cumplir una función dentro de la lectura, ha de lograr que el proceso lector sea más inmersivo. ¿Cómo? Pues te lo contaremos más adelante. Por ahora, piensa en cómo lograr que tu libro luzca en forma tan bonito como en fondo.